
En un país marcado por tensiones políticas, crisis económica y altos índices de violencia, el presidente ha vuelto a poner sobre la mesa el concepto de consulta popular, amparado en el artículo 104 de la Constitución. A través de redes sociales y mensajes masivos, su discurso se centra en la importancia de devolver el poder de decisión al pueblo, apelando a una movilización masiva como la del pasado 18 de marzo, la cual ha sido interpretada por el oficialismo como un punto de inflexión en la relación entre el gobierno y la ciudadanía.
Sin embargo, la implementación de una consulta popular en este momento genera dudas y reacciones encontradas. Para algunos analistas, es un intento legítimo de reforzar la democracia participativa, mientras que para otros es una estrategia política para afianzar su base de apoyo y desviar la atención de las crisis que enfrenta el país.
Un país polarizado
La economía atraviesa una desaceleración preocupante. La inflación y el desempleo siguen golpeando a los sectores más vulnerables, mientras que las políticas del gobierno han sido duramente criticadas por empresarios y gremios productivos. A esto se suman los problemas de salud pública: hospitales en crisis, retrasos en la entrega de medicamentos y una reforma que genera incertidumbre tanto en médicos como en ciudadanos.
Por otro lado, la violencia sigue siendo un flagelo sin resolver. Las cifras de homicidios, desplazamientos forzados y el control territorial por parte de grupos armados ilegales demuestran que la paz sigue siendo un sueño lejano. Aunque el gobierno insiste en que su política de diálogo es el camino, la percepción de inseguridad sigue creciendo.
¿Consulta o estrategia de comunicación?
Mientras el gobierno insiste en que la consulta popular busca empoderar a la ciudadanía, sectores de la oposición advierten que el uso masivo de redes y supuestas “bodegas digitales” tiene un objetivo claro: influir en la opinión pública y reforzar la imagen presidencial en un momento de baja popularidad.
El país enfrenta una encrucijada. ¿Será la consulta un verdadero ejercicio democrático o una herramienta para consolidar el poder del Ejecutivo? En medio de una crisis política sin precedentes, la ciudadanía tendrá que decidir si este mecanismo representa una solución o un síntoma más de la polarización que divide a la nación.